Buscar un nuevo gerente general es un momento clave en una empresa, en especial si el actual gerente es también el dueño o fundador. Fernanda González, socia de Icaran nos habla de cómo dar el paso a un liderazgo externo para que delegar no sea una amenaza, sino una oportunidad para crecer.
Cada vez más empresas nos buscan en un momento clave: cuando deciden profesionalizar su liderazgo y dar el paso de incorporar un gerente general externo. Desde Icaran no solo acompañamos esa búsqueda estratégica, sino que también aconsejamos y ayudamos a preparar el terreno para que ese cambio sea exitoso.
¿Qué implica esto? Contar con una estructura ordenada, definir un Gobierno Corporativo, armar o fortalecer el directorio, y establecer con claridad roles, objetivos y mecanismos de control. Y es que encontrar al perfil adecuado es tan importante como crear el entorno correcto para que pueda desplegar su liderazgo.
Preparar el terreno para crecer
Muchas veces, la figura del fundador ha sido durante años el centro de la empresa: quien toma decisiones, quien está en todos los temas, quien tiene el conocimiento histórico y también la autoridad. El desafío de incorporar a un nuevo gerente general externo implica necesariamente redefinir esa dinámica. Y para eso, es fundamental contar con un Gobierno Corporativo claro, y con un directorio o un órgano que ordene y respalde esta nueva etapa.
Ahora bien, cuando hablamos de Gobierno Corporativo, no nos referimos necesariamente a estructuras complejas, llenas de protocolos y comités. Puede ser algo simple, pero bien diseñado. Lo importante es que haya claridad sobre los roles, sobre quién toma qué decisiones, cómo se controla la gestión, cómo se establecen objetivos y cómo se mide el desempeño.
Si vamos a incorporar a un gerente general externo, necesitamos saber cómo va a ser evaluado. ¿Qué se espera de esa persona? ¿Qué metas debe cumplir? ¿Con qué herramientas va a contar para lograrlo? ¿Quién lo acompaña y quién lo supervisa? Estas preguntas tienen que estar respondidas desde el inicio para evitar tensiones, frustraciones o, incluso, fracasos en la gestión.
Nuestra experiencia nos muestra que, cuando una empresa da este paso de manera ordenada, el impacto es muy positivo. No solo se profesionaliza la gestión, sino que también se gana en claridad, se optimiza el tiempo del fundador, se mejora la toma de decisiones y se crea un entorno más saludable y sostenible para el negocio y sus equipos.
Crecer implica cambiar. Y cambiar, muchas veces, implica soltar ciertas formas de hacer las cosas para dar lugar a otras nuevas. En Icaran creemos que profesionalizar la gestión, establecer un Gobierno Corporativo y estructurar un directorio claro y activo no son lujos ni formalidades: son herramientas concretas que preparan a las empresas para escalar, para ser más resilientes, y para trascender a sus fundadores.